En una trágica escalada de hostilidades transfronterizas, un ataque con misiles a un edificio residencial en Belgorod, Rusia, ha dejado al menos siete personas muertas y numerosas heridas. El ataque, que Rusia atribuye a las fuerzas ucranianas, marca una intensificación significativa en el conflicto en curso entre las dos naciones. El ataque, que al parecer involucró un misil de la era soviética, resultó en el colapso catastrófico de una sección de un edificio de apartamentos de varios pisos, enterrando a residentes bajo los escombros y desencadenando una frenética operación de búsqueda y rescate. Funcionarios rusos, incluido el gobernador de la región de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, han sido rápidos en condenar el ataque, describiéndolo como un acto deliberado de agresión por parte de las Fuerzas Armadas Ucranianas. El incidente ha llamado la atención internacional, generando preocupaciones sobre el potencial de una mayor escalada y el impacto en las poblaciones civiles atrapadas en el fuego cruzado. A medida que las tensiones continúan aumentando, la comunidad internacional observa de cerca, esperando una desescalada de las hostilidades y un retorno a las negociaciones diplomáticas.
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